Según las oportunidades que he podido tener en el
tiempo que llevo frente a grupo como docente en la elaboración de portafolios
físicos, puedo comprobar que son una herramienta básica y necesaria en la
práctica diaria, que como educadoras nos permite ir observando el avance que van
obteniendo nuestros alumnos en cuanto al desarrollo de sus competencias.
Todas y cada una de las evidencias que contienen los
portafolios que he podido integrar han
sido de gran ayuda al momento de realizar la evaluación de los niños, por lo
que conforme avanzan los ciclos escolares he tenido la oportunidad de cambiar
los elementos que contienen los portafolios, es decir, solo están conformados
por evidencias que muestran un avance significativo en los aprendizajes de mis
alumnos.
Por otro lado, considero que el utilizar y elaborar
este tipo de herramientas son parte fundamental del trabajo docente ya que nos
permite comprobar al padre de familia cuales son solo algunas de las formas de
trabajo que se implementan en el aula, así como las diferencias que hay en los
aprendizajes de sus hijos desde que inicio el ciclo y se realizó el diagnóstico
del niño, hasta el momento de los cortes de evaluación y el cierre del mismo.
Sin embargo, no siempre fue buena mi experiencia al
momento de recopilar las evidencias de los niños, ya que la primera vez que
elabore un portafolio físico, no sabía exactamente que debía poner, que debía
llevar, como lo realizaría, y quería poner todos los trabajos de los niños en
el portafolio, pero según fue avanzando el ciclo me di cuenta que no era
necesario ponerlo todo ya era mucho papeleo y se saturaba de información que en
ocasiones no tenía una línea definida en lo que quería que el padre de familia
observara.
A pesar de esto, considero que conforme pasa el
tiempo las mismas experiencias en la elaboración de los portafolios anteriores
te van guiando al momento de integrar los nuevos, ya que solo se van utilizando
los elementos que realmente son necesarios y significativos en el desarrollo de
las habilidades de los niños y que permiten evidenciar ese desarrollo.
Además, el hecho de recabar los trabajos de los
niños y agregarles anotaciones a los mismos, según sean las reacciones de ellos
al momento de estar haciendo las actividades, me han ayudado a mostrar y explicar
con mayor facilidad los aprendizajes esperados de los alumnos a los padres de
familia, éstas evidencias son las que me van pautando el grado de dificultad
que le doy a mis planificaciones.
Por lo que se refiere a, los portafolios
electrónicos aún no he tenido la oportunidad de realizar ninguno, ya que en el
nivel de preescolar considero que es un poco más complicado utilizarlo como
herramienta para que los alumnos vayan midiendo su grado de avance, sobre todo
si no cuenta con lo necesario para llevarlo a cabo, pero espero tener la
oportunidad de en algún momento de mi servicio docente poder realizarlo de esta
manera.
Mientras tanto, y esta posibilidad se presenta,
puedo imaginar que el contenido de este tipo de portafolios probablemente sea
muy diferente a lo que he podido trabajar hasta el momento con los portafolios
físicos, ya que supongo que el contenido de los mismos será muy diferente, ya
que por las diferencias que hay entre uno y otro, el electrónico debe tener
mayor capacidad de almacenaje y facilidad de uso y consulta.
Para finalizar, considero que la habilidad que se va
adquiriendo al momento de integrar un portafolio solo con los elementos
necesarios y significativos, es la que facilita la integración del mismo, por
lo que su uso como herramienta de trabajo para el docente y como evidencia para
mostrar a los padres de familia los aprendizajes de sus hijos es una de las
ventajas de llevarlo a cabo.
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